martes, 14 de septiembre de 2010

Cáhuil, de Aravena Llanca.

Estimados amigos.
En vista del éxito de las salinas en esas votaciones,
les mando un poema, que tiene música, para que aprecien,
en su contenido el cariño hacia nuestro terruño.

Gracias Antonio por abrir ese espacio a mis inquietudes. Espero que les sea útil.
Un abrazo.
Jorge.

CAHUIL.

Cahuil de sal de promaucaes tiempos,
con antigua heredad de viejas tradiciones,
dormidos se quedaron tus dioses en tu pecho
en cuadros que ornamentan tu endurecido pecho,
abrazando a la luna que te contempla herida
en los reflejos blancos de tu espuma salina.

Cahuil, Cahuil,Cahuil
tu laguna de sal exhala historias
de remotas aldeas, indígenas primaveras,
con gaviota que volando protegen tus laderas.

Cahuil de calles de mis amores Llancas,
laguna de mi sala de esfumaciones blancas.
El estero Nilahue, que viene de la Villa
su semen te penetra y te da nueva vida.
Su ritmo te procrea resurrección salina
en conos que se apilan brillando en tus orillas.

Cahuil, Cahuil, Cahuil,
cerrados para siempre la luz de sus pupilas
quedaron sin futuro hombres de piel oscura
que no olvidan el amor a su raza perdida.

Laguna eterna, entrañable y querida,
ardiente soledad de mi piel pichilemina.

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