“Las personas muy nerviosas que no pueden
soportar el clima de las playas, se imaginan que por esta razón no pueden
soportar el aire de mar, se encontrarán en cambio, admirablemente bien de salud
en Constitución, que es una playa encantadora, con un aire purísimo y un clima
templado”. Revista Familia, Enero 1926.
Cuando los
españoles se asentaron en el valle del río Maule agradecieron las cualidades
apacibles del clima, el rico río y los grandes bosques. Jesuitas y vascos
crearon una pequeña villa de astilleros, que en 1794 se llamó Villa de la Nueva
Bilbao de Gardoqui. Muy pronto se convirtió en un activo puerto industrial, y
junto a su nombramiento como Puerto Mayor en 1828 se cambió su nombre por
Constitución, en homenaje a la Constitución Política de O’Higgins promulgada
ese mismo año.
Una crecida del
Río Maule cambió la zona costera, impidiendo a los barcos poder llegar al
puerto. Sin más remedio que buscar otra fuente de subsistencia, se valió la
ciudad de los hermosos bosques, playas y roqueríos, creando un balneario. Las
largas calles se llenaron de pretenciosas casas de fachada continua en el más
puro estilo francés, y los paseos en la playa se hicieron frecuentes entre los
turistas, que disfrutaban además del apacible clima y las grandes rocas,
ideales para tomar un descanso.
Fue cuna esta
ciudad de don Enrique Mc Iver, Luis Cousiño y Germán Vergara. Además contó con
un filántropo, don Enrique Donn, quien embelleció la ciudad creando importantes
obras, y donando terrenos a instituciones o la municipalidad.
El balneario de
Constitución era frecuentado por importantes personajes de Talca y Santiago.
Los Presidentes Manuel Bulnes y Manuel Montt pasaban temporadas enteras, y ya
en el siglo XX, el presidente Pedro Montt y Arturo Alessandri también
disfrutaron de su playa.
Hasta 1940 fue uno de los más famosos balnearios
del país, decayendo paulatinamente ante el boom de sectores más dinámicos como
Cartagena o Viña del Mar.
De, Veraneo en la playa. Auge y caída de los balnearios de moda. Fernando Imas Brügmann y Mario Rojas Torrejón.
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