viernes, 26 de enero de 2007

Los conquistadores se hacen propietarios

El balneario Cáhuil está ubicado en el grado 34 y 29 minutos, en el desaguadero del río Nilahue cuya conectividad, principalmente, durante el invierno, permite además el ingreso de las aguas del océano en la cuenca del río por espacio de alrededor de 20 kilómetros.

Este fenómeno convierte el curso de la desembocadura en una marisma, aunque vulgarmente se le denomina laguna, Laguna de Cáhuil y antiguamente conocida como; Los Choros, Laguna de Los Choros y también Laguna de Doña Leonor, por ser Doña Leonor de la Corte, hija del alguacil mayor de la primera Real Audiencia de Concepción, González de la Corte, y esposa del capitán Rodrigo Verdugo de Sarriá, la agraciada con una merced de tierras en 1606, de 500 cuadras en las inmediaciones de dicha laguna, logrando reunir en el área, unas 1400 cuadras, concedidas por el Gobernador García Ramón. Parte de estas tierras, doña Leonor las dió como parte de la dote de su hija que casó con el Maestre de campo Felipe de Arce Cabeza de Vaca, quien las vendió en 1641 al Capitán Don Martín Ruiz de Gamboa.

El agua del mar cautiva en la laguna es utilizada desde el más remoto pasado en la producción de la más pura Sal de Costa, sal de la vida, tan necesaria para la conservación de los alimentos y para algunas industrias.

En la década del 60, siglo recién pasado, aun se encontraban en plena producción los cuarteles salineros ubicados en la ribera norte de la laguna, junto a la población de Cáhuil. Desde sus casas podían apreciar los lugareños y visitantes los numerosos cerrillos de la blanca cosecha salina de los meses del verano y hasta bien entrado el otoño.

El territorio de Cáhuil hoy y desde 1891 está inserto en la comuna de Pichilemu, punto del cual dista 13 kilómetros. En el pasado, el paraje de Pichilemu formaba parte del distrito y/o diputación de Cáhuil, del mismo modo de la doctrina y curato de Cáhuil, con asiento o sede en “Ciruelos”, vecino al poblado de Cáhuil, lugares de mayor importancia que el Pichilemu de entonces.

El cambio de situación tiene su origen en los proyectos portuarios del siglo XIX que atribuyeron una mejor disposición de la Rada de Pichilemu, por sobre otros puntos de las costas de Curicó y Colchagua.

El evento decisivo fue la creación de la comuna de Pichilemu en 1891, cuyo asiento se situó en el paraje del mismo nombre, donde ya Don Agustín Ross E. iniciaba estudios técnicos y obras tendientes a la construcción de un gran puerto con acceso ferrocarrilero y en definitiva un moderno complejo balneario.

El estudio técnico propiciado por A. Ross proyectaba un trazado por la ribera del río Nilahue, pasando por Cáhuil y bordeando la costa hasta alcanzar el Puerto de Pichilemu.

El trazado definitivo a través de la cordillera de la costa, impidió el paso del ferrocarril por Cáhuil y alejó la posibilidad que Ross construyera un puerto en La Sirena ya que contaba con autorización del gobierno mediante un decreto supremo para ello.

Demás está decir que el destino de Cáhuil fue afectado y solo en las últimas décadas mejoró la comunicación con la apertura del camino costero que lo une con Pichilemu, creando infinitas oportunidades de desarrollo para sus habitantes, especialmente a través del turismo. Hoy no es solo el lugar de refugio de cientos de familias que los fines de semana huyen del congestionado Pichilemu, sino que es un lugar de destino, con características propias que cautivan a quienes buscan descanso, bellos parajes y entretención sana.

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