domingo, 15 de marzo de 2009

Verso marino, chilote.

Que será de la María,
¿cuantos hijos tendrá?
le pregunto por los míos,
me dice que hay otros más.
Estos sencillos versos marineros, chilotes o vikingos, recitados una y otra vez por mi amigo Nano Chano al calor de la fogata, ahí en la Polcura, a tiro de piedra de la última ola, causaban diversas emociones en medio de la algarabía de la singular convivencia de ese puñado de jóvenes, los que en su mayoría fueron elejidos, con cierto rigor, claro, si había que estar a la altura e igualdad de condiciones que las señoritas. Era todo un premio, ya he dicho que él me tituló de hermano, a mucha honra, también dí la nota y después, a un par de semanas, estaría viajando con él y Lizana, al país de los marinos y de la magia o de las esperanzas.
Dalcahue, casi un mes conviviendo con el mundo chilote, ahí, aquellos versos eran mucho más que eso, declamados en el corazón de la tierra, camino a Quemchi, eran verbo y carne, pura filosofía marinera, oceánica, traslúcidos,como los vapores de un curanto, o en medio de los sargazos, como travesía de cagueles o coro de cheles... Que será de la María....es mi hermano el que recita y los chilotes que te quieren, no saben en que estado estás, solo te escuchan y viven , cada vez.
Es necesario revivir y decir, como sea, mañana, siempre, o como el Caleuche.
Curiosa y eterea mezcla de conexión a tierra, Lizana me dijo, nosotros vivíamos nomás, no medíamos peligro ni sacábamos ninguna cuenta. Nos importaba vivir, todos vivíamos, vivimos.
Me he enterado, últimamente, que el verso del inicio sería de la autoría del querido Hugo Diaz Jirón, según Luchita, su hija. Lo consigno puesto que nada más lejano a mí el escamotearle tal obra, cosa de honradez intelectual.

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