domingo, 7 de junio de 2015

LINDA PLAYA


No está claro si la palabra “Veranear” estaba dentro del subconsciente masivo en época colonial. Existen antecedentes de vacaciones en los meses de calor desde el medioevo, pero no es hasta fines del siglo XVIII en que aparecen en Europa las primeras referencias del turismo moderno. En las postrimerías de diciembre, todo enero y todo febrero, las familias chilenas –generalmente las más adineradas- se trasladaban a alguna ciudad cercana o fundo donde pasar la temporada. Eran estas grandes posesiones las que se llenaban de visitantes, donde el dueño de casa demostraba su hospitalidad y reunía a la numerosa familia, parientes y amigos más cercanos.

Eran comunes las excursiones, caminatas, paseos y “garden parties" bajo la sombra de los altos pinos.La música, la buena mesa, el canto y el baile era protagonista durante las noches calurosas, y en algunas zonas se disfrutaba además de las tan folklóricas celebraciones de la Trilla y la Vendimia.

No era necesario viajar largos trechos para respirar el campo criollo, porque Santiago era una ciudad pequeña, siendo comunas como Peñalolén, Las Condes, San Bernardo, Maipú o Renca, parte de las zonas rurales que rodeaban a nuestra capital y que eran elegidas como destino para capear los calurosos días de verano.

 
 
 
Al fundo Peñalolén viajaba la familia Arrieta para disfrutar de su elegante mansión campestre, oculta en las laderas de la cordillera, entre centenarios árboles, esculturas y grandes piletas. 

La familia Riesco se iba a pasar la temporada a sus posesiones en El Salto, en ese palacete afrancesado que dominaba lo alto del extenso fundo, cuando aun no existía la autopista, el cementerio, ni el metro. La familia Gandarillas se iba a Santa Rosa de Apoquindo, entre las actuales Avenida Padre Hurtado y Cristóbal Colón; y aunque parezca increíble la familia de Loreto Cousiño pasaba algunos meses del año en su fundo de Los Leones, hoy pleno Providencia, donde se levantará el Rascacielos del Costanera Center. De, Veraneo en la playa. Fernando Imas Brügmann y Mario Rojas Torrejón. Imágenes de Zig Zag, 1909.

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