miércoles, 7 de febrero de 2007

Trabajo asalariado en Caguel

En Caguel… a 22 de noviembre de 1653… pareció un indio llamado Miguel Patillo, natural de arriba y dijo que de su libre voluntad se quería asentar y asentó por carta con Sebastián Verdugo para servirle tiempo de un año que corre desde Agosto de este presente año sin hacer faltas y las que hiciere por enfermedad o por otra cualesquier causa la devengará y pagará en jornales cumplido el dicho año.

Y el dicho Sebastián Verdugo que está presente acepta este asiento a dar y pagar al dicho Miguel por el trabajo del dicho año cincuenta patacones en ropa o reales o lo que quisiere para su uso y vestuario en que van inclusos los diez pesos de su encomendero si le tuviere, pagar salarios de Corregidor y Protector y Doctrina, comprarle Bula y cumplir los capítulos de la Real Tasa, curarle en sus enfermedades y hacerle todo buen tratamiento, a todo lo cual obligó su persona y bienes habidos y por haber y dio poder cumplido a las justicias y jueces de su majestad para que le compelan y apremien y en su testimonio lo firmó a quien doy fe que conozco y dicho corregidor obligó al dicho indio a guardar y cumplir este asiento sin perjuicio de tercero a que interpuso su autoridad y judicial decreto, siendo testigo el capitán Lorenzo Maturana Negrón, Agustín de Cáceres y Luis Alberto presentes.

Sebastián Verdugo.

Este interesante documento se encuentra en el trabajo de investigación de Barbara Chiu y Juan Guillermo Muñoz, el que han tenido la gentileza de cederme y compartir, principalmente por el rico contenido extraído de fuentes primarias, y dado mi interés en divulgar estos conocimientos.

Deseo llamar la atención sobre dos aspectos de este contrato; uno, constituye una prueba de la existencia de trabajo asalariado en una época dominada por la encomienda y en menor medida por el trabajo esclavo y dos, el empleo del vocablo Caguel del mismo modo que en el testamento de Lorenzo Núñez. Actores distintos ante funcionarios de rango y sitios diferentes hacen uso de la misma grafía del topónimo.

Tengo la impresión de que éste término era de uso corriente no sólo a comienzos del siglo XVII y que se hace necesario estudiar su etimología y ver si encontramos una traducción coherente.

Para iniciar la búsqueda vamos a asentar el significado atribuido al vocablo usado en la actualidad sin ningún contrapeso, éste es Cáhuil y sin ahondar en el tema del acento, el arqueólogo Julio Montané M., refiere en un informe titulado, “Elementos Precerámicos de Cáhuil” que, “El topónimo es etimológicamente de origen araucano. En este idioma se nombra con el término Cáhuil o Caguil a una especie de gaviota (larus maculipensis), también este término puede ser derivado de “cahuín” que en araucano, tiene el significado de reunión, fiesta, borrachera, es decir, un lugar en que se celebrarían fiestas o reuniones.”

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