domingo, 25 de febrero de 2007

VINO COLCHAGUINO

EL VINO COLCHAGUINO
Es extensamente conocido el enorme éxito que año a año los vinos provenientes de los viñedos colchaguinos tienen en los certámenes más prestigiados del planeta y por ende entre consumidores cada vez más exigentes. La degustación y el beber bien es todo un arte que se aprende con la práctica, bebiendo buenos vinos y conociendo información fidedigna acerca de los procesos necesarios para su producción.
Del mismo modo que para conducir un automóvil, no se requiere ser un experto en motores de combustión, sin embargo unas lecciones de conducción y algunas nociones de mecánica son esenciales a la hora de conducir con seguridad y agrado, esa práctica, en definitiva, es la mejor maestra.
Asimismo, para disfrutar un buen vino no es imprescindible un conocimiento acabado sobre vitivinicultura, pero la comprensión de los principios básicos y algo de su historia, son fundamentales para apreciar el vino como algo más que una bebida corriente.
El cultivo de la vid y su vinificación en Colchagua, no se inició con el reciente fenómeno que vive hoy, vamos a hablar de eso, de los viñedos de rulo o del secano costero, de los viñedos de Cáhuil, pero antes, daremos un vistazo a lo que fue la vid y el vino en culturas remotas.

LA VID Y EL VINO, UNA MIRADA AL PASADO.

Los restos fósiles más antiguos de Vid han sido encontrados en diversos puntos geográficos de la península Itálica. Pertenecen a la era cuaternaria, hace unos tres millones de años. Hoy día existen alrededor de cien variedades y subespecies de Vitis Vinífera, las cuales tienen como antecedente más remoto en vitis neolíticas del area Transcaucásica (Georgia, Armenia y Azerbaiján), de unos 10.000 años, antes del presente, según restos datados con radiocarbono 14.
En Irán, excavaciones arqueológicas descubrieron seis ánforas que contenían residuos de vino tinto. Este sitio fue fechado en 7500 años antes del presente y se llama HAJJI FIRUZ TEPE.
Además, han sido encontradas ánforas con residuos de vino en la tumba de Tutankamón, las que fueron estudiadas por científicos españoles.
El comienzo de la vitivinicultura en francia es un tema controvertido, hay quienes afirman que el hombre de Cromagnon pintó en las Cavernas de Lascaux, escenas relativas al vino y la vid. La ocupación de Lascaux, fechada con radiocarbono 14 datan entre 15.000 a 9.000 años A.P.
Junto con los restos arqueológicos, contamos con numerosas referencias en el arte;(ya mencionamos pinturas murales), existen grabados, inscripciones, menciones en la literatura religiosa y profana, tradiciones orales..etc.
En Egipto se cree que Osiris enseñó a los ciudadanos de Nyra y de ahí se propagó a Menfis y Tebas. Más tarde, papiros de unos 4.000 años A.P.. prescriben el vino como medicamento eficaz para el asma y la melancolía.
En la Ilíada se relata cómo los médicos Maqueón y Podalirio, hijos de Esculapio, lavaban con vino las heridas de los guerreros caídos durante el sitio de Troya. Hipócrates lo usaba para curar fiebres y Cicerón lo aconsejaba para alegrar pacientes deprimidos. Virgilio en los versos de su libro Georgias, cita la existencia de viñedos en Methyme, Lesbos y Pysthie. Los griegos tenían un dios del vino, Baco.
En la India se practicaba la viticultura antes que en Fenicia, en una época indeterminada, y se cree que los Fenicios introdujeron este cultivo en España.
Relatos Chinos cuentan que hace unos 4.000 años, un Señor Yu, introdujo el uso del vino y por esta razón fue desterrado por el Emperador. Más tarde las cosas cambiaron respecto del vino y…, “dos coperos escancian el vino tomándolo de una enorme fuente de oro y el Señor alza su copa, todos los barones y damas se arrodillan ante él. Cuando el Gran Kan bebe, los instrumentos se ponen a tocar, teniendo en cuenta que los hay en abundancia.”
En Persia se le atribuye a Samschid el invento del vino. La versión más conocida, es talvés, la de la biblia y que atribuye a Noé y su familia el descubrimiento o invención del vino cuando finalizó el diluvio.
Para los Sicilianos la fabricación del vino se inició unos 4.000 años A.P. y de ahí pasó más tarde a la península, a Etruria y Roma. El vino romano también tiene dios o dioses,
serían Liber y Dionisios.
Con todo, el conocimiento actual indica que el cultivo de la vid y la vinificación se produjo primero en tierras del Oriente y desde ahí se difundió a Occidente a través del Mediterráneo, aproximadamente unos 4.000 A.P. El gran apogeo de su difusión ocurre de la mano de la expansión del imperio romano, unos 300 años A.C., con Alejandro Magno.
La primera región del llamado continente Americano, descubierta por navegantes nórdicos fue Groenlandia, geológicamente, parte de Norteamérica. El Islandés, Eric el Rojo exploró y colonizó la isla por primera vez y quien divisó una porción del continente, fue Bjarni Herjólfsson, un comerciante Islandés desviado de su ruta por inclemencias del tiempo durante la navegación entre Islandia y Groenlandia, alrededor del año 986 de nuestra era. Luego, el Afortunado, Leif Erickson realizó un viaje a la tierra del continente, donde halló trigo silvestre; como también vides. Estas tierras las denominó el Vinland. Esto es la Tierra del Vino. En algún lugar de la Costa del Labrador y Nueva Escocia, o una faja litoral sita quizás aún más al sur; Boston, Massachussets, Nueva Bedford, Nantucket o Marthas Vineyards.
La información de las Sagas Islandesas han sido verificadas por el descubrimiento arqueológico de una ocupación del tipo Nórdico en L`Anse-aux-Meadous, en el Golfo
De Terranova, en 1963. Las ruinas datan aproximadamente del año 1.000 D.C. y se les llamó Las Cabañas de Leif.
Los escandinavos, “Sentían debilidad por el vino, les gustaba tanto el enervante licor como al oso la miel, y eran capaces de recorrer enormes distancias con el único fin de apoderarse de vino en abundancia”. Mientras tanto en las primeras décadas del segundo milenio, Europa padeció una serie de graves miserias, desgracias y anarquía. Para poner fin a este estado de cosas se acordó un pacto al que se le llamó “la tregua de dios”, el que en algunos de sus numerosos artículos dictaba, “No cortaré ni arrancaré ni vendimiaré las vides de otro bajo pretexto de guerra, a no ser que estén en mi tierra”.No quitaré el vino a quienes lo lleven en su carro, ni a los bueyes que tiran”.
Los Vikingos, vinificaron en América, 500 años antes que los españoles llegaran junto con Cristóbal Colón, el que por cierto había realizado un viaje a Islandia en 1477 y conocido probablemente las tradiciones nórdicas.
“Ya Colón, el gran Almirante, en su segundo viaje comunica a la Corona: “…y de unos pocos sarmientos que se pusieron, es cierto que no hará mengua el Andalucía ni el Sicilia aquí”. Estas son las primeras noticias de las cepas Europeas transplantadas al nuevo continente.
Con la importancia del vino en la liturgia cristiana, fue necesario el cultivo y vinificación de la vid, tarea que asumieron generalmente los monasterios. En tanto, el califa Abderrahmán, los últimos años de su reinado los pasó en su retiro encantado de Medina Al-Zahara. “Pasaba las horas en las sombras apacibles de los bosquecillos, que ofrecían mezclados racimos de uvas, naranjas y dátiles”.
Un poema en los muros de La Cava (Mu Allaqat) dice del modelo de héroe del desierto, “Yo he bebido mucho vino, tras caer el calor, pagándolo con reluciente acuñado, en ocre vaso, estriado, emparejado con brillante botella, a la izquierda, tapada…. Más, cuando bebo, solo consumo mi dinero, e integro queda mi honor, sin mella; y al pasar la embriaguez, mi liberalidad no disminuye:”
Entre los siglos XII y XVI, la producción de vino se generalizó en Europa, siendo Francia uno de los principales exportadores, sin embargo varios de los que hoy son los mejores viñedos de Burdeos, empezaron a ser desarrollados por sus aristocráticos propietarios a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII..
La vitivinicultura se practica en Chile desde la segunda mitad del siglo XVI, reflexionar acerca de los rasgos principales del inicio de este fenómeno exige indudablemente conocer la dinámica de los sucesos históricos generales. De modo que ilustren los escasos datos específicos sobre la vid y el vino que contienen los documentos del inicio de la conquista hispana en el territorio del actual Chile.

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